La fibromialgia no es sólo
una enfermedad, esencialmente es un caos
por descifrar. De los centenares de casos de enfermas que he conocido y escudriñado buscando “pistas”, la inmensa mayoría refiere
un hecho puntual: en algún momento de su vida han padecido –ó siguen padeciendo- violencia de género. Así que comencé a indagar. Y efectivamente, la
OMS habla de un vínculo, una relación
causa-efecto, entre haber padecido violencia de género y el impacto a nivel del
cuerpo físico. Un hecho que llama la atención,
es la contundencia en su lenguaje.
Es decir, no habla de que es una
suerte de hipocondría, flojera o chaqueta mental (así lo ha definido la “vox
populi”), que nos inventamos las enfermas.
Nota descriptiva N.° 239
Noviembre de 2012
Noviembre de 2012
Consecuencias para la salud
“La
violencia de pareja y la violencia sexual producen a las víctimas
supervivientes y a sus hijos graves problemas físicos, psicológicos, sexuales y
reproductivos a corto y a largo plazo, y tienen un elevado costo económico y
social.
Entre los efectos en la salud física se encuentran las cefaleas,
lumbalgias, dolores abdominales, fibromialgia,
trastornos gastrointestinales, limitaciones de la movilidad y mala salud
general. En algunos casos se producen traumatismos, a veces mortales.”
Ha concluido el período de activismo con motivo del Día para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Diversas campañas visibilizaron la problemática. Pero ¿por qué no se habló en ningún escenario de una enfermedad con una
indiscutible base biológica, que es una
consecuencia casi natural y que vá in crescendo a decir de las cifras
nacionales e internacionales? ¿Por qué mantenerla acallada y
negar las irreversibles consecuencias de haberla
padecido? La ONU, AI, ONU Mujeres, han
alzado enérgicamente la voz y se han realizado diversos foros para discutir sobre ella. Incluso en México se han iluminado
de naranja monumentos emblemáticos, pero respecto de la vinculación violencia
de género-fibromialgia hay un mutis rotundo. ¿Por qué ninguna feminista nacional o
internacional habla de ello? ¿No merecemos que alguien se pronuncie sobre el
hecho de ser doblemente victimizadas? ¿
Acaso somos mujeres de segunda clase? ¿Lo ignoran cómo expertas en él tema? Sin esta vital contextualización su lucha dejaría
mucho que desear. Simplemente está
incompleta.
Las historias dramáticas a
las que nos enfrentamos las mujeres desde la infancia
(muchas incluso desde el vientre materno) y
el estrés sostenido de quien vive maltrato, golpes, humillaciones,
amenazas, abuso sexual está derivando en un diagnóstico que no tiene punto de retorno.
Una enfermedad orgánica, compleja, grave
y altamente incapacitante, que –además-
está desmembrando el tejido familiar y social. La violencia y la enfermedad
cómo un matrimonio indisoluble y mortal.
Pero no sólo esta violencia
en muchos grados extrema es la génesis de la fibromialgia, -indiscutiblemente una
enfermedad de género, 9 mujeres por cada hombre la padecen-. También es la
perpetuadora y en gran medida el factor agravante de padecer su versión más mortífera (me jacto de saber de lo
que hablo, que se lo pregunten a mi retina y a mi cuerpo aún adolorido por los
golpes frescos).
Las enfermas nos enfrentamos
al crimen ultra-mega-archi-recontra
organizado: la ignorancia maldita, la indolencia perversa y la indiferencia
atroz, que pasa por la pareja,
hijos, familia, amigos, enemigos,
vecinos, hombres, mujeres, conocidos,
desconocidos, médicos, instituciones,
religiones y creencias, organismos de derechos humanos, feministas, activistas,
Ciencia y medios. Un contubernio letal que nos está llevando al
matadero en vida. Imposible remontarlo
viviendo una extrema vulnerabilidad físico-emocional y sin ningún apoyo.
Solas contra el Mundo. Si acaso dándonos ánimo de manera subrepticia en el
Muro de los Lamentos Virtual. Esto,
producto de sufrir en carne propia una enfermedad ultra compleja de las
que están marcando el fin del paradigma
vigente con él que se entiende y explica la Medicina actual y que por si fuera
poco, en la mayoría de los casos configura una invalidez invisible. ¡Vaya tamaño de reto el que habitamos!.
Mucho se habla de los
feminicidios (8 mil asesinatos el sexenio pasado), pero se nos omite a las millones
de Asesinadas por la Vida, a las que tenemos abrogados nuestros derechos y
garantías por padecer una enfermedad no legalizada socialmente Las que no podemos trabajar por su causa. Las
que lo hemos perdido todo. Las que habitamos
la lastimosa ecuación a mayor precariedad física, mayor mendicidad económica y más rotunda invisibilidad social. Las
malas madres que no pueden hacerse cargo de los hijos. Las esposas fodongas que no procuran su casa
(con todo y marido). Las mantenidas con “la vida resuelta”. Las que en
resumidas cuentas nadie quiere ver y escuchar porque resultamos un fastidio
para las buenas conciencias. Las emisoras infinitas de mala energía y peor
vibra, a las que hay que desechar en defensa
propia. Las que debemos aguantar con la
frente en alto, la doble perpetuación enfermedad-violencia/violencia-enfermedad
si queremos seguir viviendo. Las que resumen su existencia con historiales médicos kilométricos. Las que
sufrimos un daño moral vitalicio que nos
acompaña cómo sombra y flagela nuestra dignidad cómo mujeres, pues vivimos
estigma y discriminación. Si la
violencia de género ocurre entre cuatro paredes, la fibromialgia nos equipara
literalmente con el Hombre Invisible. No estamos en los dictámenes
institucionales ni internacionales, tampoco ocupamos las primeras planas. Pero
pese a todo, existimos.
Ambos flagelos tienen tintes
pandémicos, si una es consecuencia de la otra. El panorama es demoledor. Estamos urgidas de una Revolución Naranja y
Azul (los colores distintivos de la violencia de género y la fibromialgia.)
que nos salven porque aún violentadas y enfermas, también
somos Seres Humanos. Y éste es nuestro llamado de auxilio.
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Copyright Derechos Reservados.
ResponderBorrarPublicada originalmente el día 11.diciembre. 2013 en el Períódico El Regional del Sur.
gracias por este artículo que además resulta tan cierto por todo lo que implica. Violencia de género, desiguladad maltrato y doble maltrato, voces que debrán alzarse para sacar de la triste ignorancia a todos los actores políticos y sociales de este país, quienes deberán enfrentar esta situación de frente y sin tapujos buscando un un mejor futuro para nosotras las mujeres
ResponderBorrarGracias por tú opinión Nuri tienes toda la razón. Saludos!
BorrarVoy a investigar y leer y estudiar a ver que hay de verdad en el llamado Síndrome de Miositis Tensional teoria del dr. Sarno.
BorrarBueno por lo que llevo leido y buscado y estudiado en todas las referencias que he podido encontrar, la teoria sobre el tratamiento de multiples situaciones dolorosas, que se perpetuan e incluso pueden cronificarse y agravarse esta en la represión inconsciente de sentimientos de ira que nuestro propio cerebro decide que al ser tan negativos para nuestra consciencia, prefiere inhibirlos. Esto genera un estres constante que condciona un posible deficit hipoxemico en muchas zonas corporales. Además El propio Dr. Sarno y algunos de sus seguidores, (quizás porque el desarrollo de las terapias han sido acogidas por psicologos y terapeutas en EEUU), desarrollan en sus charlas nuevos conceptos psicológicos muy interesantes, puesto que consideran que al ser un padecimiento que se inicia en el cerebro y que condiciona que este perciba el dolor de forma errónea, se puede actuar cognitivamente en los pacientes para que interioricen ideas que hacen disminuir la propia percepcióndel dolor y, por ende la intensidad. Creo que seguire investigando.