miércoles, 12 de marzo de 2014
DE FIBROMIALGIA, DROGAS Y COSAS PEORES (Primera Parte)
DE FIBROMIALGIA, DROGAS Y
COSAS PEORES (Primera Parte)
En mis más de 10 años como
enferma formal de fibromialgia he tenido
3 crisis de dolor indecible, literalmente fueron un martirio en la carne y un calvario en los nervios. Me habría suicidado. Los
dolores de parto eran cosa de niños. Tengo muchos amigos enfermos que lo sufren
de manera habitual. Viven la
normalización de un infierno que, para quienes no lo padecen es imposible de
concebir. A diferencia de México donde
se insiste hasta el hartazgo que la fibromialgia es una enfermedad controlable,
en EEUU se habla de la medicación con opiáceos, mariguana y cannabinoides para aquellos cuyo
dolor es sencillamente incontenible y sin otra opción viable. En páginas y blogs relacionados a
fibromialgia en el país vecino se habla
abiertamente del tema. Se dan consejos, la comunidad de enfermos comparte
abiertamente sus experiencias en su uso y efectividad. A fin de cuentas 32 por ciento de la población allí puede ir a un dispensario
para recibir mariguana por razones médicas, por ejemplo.
Ahora
que está la polémica por el uso medicinal de la mariguana es que decido abordar
el tema.
A diferencia de México donde los enfermos lidiamos con el estereotipo de un enfermo mental, flojo
o hipocondríaco, en EEUU lidian con el de un adicto a los medicamentos opiáceos-narcóticos:
vocodin (acetaminofeno hidrocodona), Percecorcet (acetaminofeno-
oxicodona) y OxyContin (oxicodona) ¿Será que en cuanto
a dolor se refiere habitamos en el País de las
Maravillas? Acaso ¿el dolor mexicano es
menos sofocante e invasivo? No lo creo. El dolor es el mismo, lo que cambia es el
enfoque que se le otorga en cada país. Y
en el nuestro se ha optado por un status
tercermundista. Se ha ninguneado a un grado francamente
peligroso, tanto que Sara Leal una enferma de fibromialgia decidió acabar con
su vida lanzándose al Rio Fortín con todo y auto, dejando a dos hijas menores
de edad, huérfanas. Victima de la
incompetencia médica para tratarlo y por restarle veracidad a una sufriente estigmatizada como loca y exagerada, para expiar su culpa y responsabilidad
directa, los facultativos se lavaron
las manos -convertidos en unos Pilatos- y achacaron su decisión a la depresión aguda que la aquejaba.
Estigmatizada en la Vida y Estigmatizada
en la Muerte. No nos engañemos, la muerte de Sara es directamente proporcional
al fracaso estrepitoso de un modelo
sanitario-asistencial ya caduco, incompatible con los retos del siglo 21 que
enfrenta. Enfermos y enfermedades hemos rebasado un paradigma médico obsoleto
que no se ha desarrollado a la par del progreso de nuestra civilización. Que
simplemente está rezagado y que en
defensa propia y para autopreservarse
opta por la salida más fácil: nos psiquiatriza. Los enfermos de fibromialgia somos la
evidencia de su dolosa ineptitud. La piedrita en el zapato que los podría hacer
descarrilarse. Los que atentamos contra
sus intereses para seguir haciendo negocio. Porque en resumidas cuentas eso representamos los enfermos para ellos, un
cheque en blanco. La renta a perpetuidad que engrosa sus cuentas bancarias ¿Un desafío científico? Ni soñando. Su crecido ego no se los
permitiría.
Conocí a una enferma que en
una crisis de dolor tuvo que ser internada. Era maniatada a la cama para evitar que
atentara contra su vida. Los médicos que la trataban (uno de ellos el Director)
no comprendían cómo medicamentos de
última generación para cáncer que noqueaban a cualquier paciente a ella no
le hacían nada. En una escala de 1 a 10 su dolor era de 15 según los reportes
oficiales. La medicina fue
absolutamente inútil para ella. Y es
que en México el fracaso recalcitrante en el abordaje de la fibromialgia raya en un surrealismo desgarrador. Se receta diclofenaco a un viacrucis de grado superlativo.
Me contaba la mamá de una
joven que en una crisis de dolor desquiciante, tuvo que ser ingresada a una
clínica privada y el experto sólo
atino a venderles su libro donde según él, estaba contenido el conjuro para su eliminación definitiva. Que lo leyeran y
después ella como por arte de magia, no se quejaría más. Mostró una insensibilidad homicida ante un
suplicio que pudo constituir una
tragedia como en el caso de Sara. .¿Dónde
quedó el juramento hipocrático ? Hoy se jura a cambio de algunas monedas.
Alrededor de un 10% de pacientes con
fibromialgia en Estados Unidos toman marihuana para aliviar síntomas como el
dolor, la fatiga y el insomnio, según un estudio publicado en la revista Arthritis
Care & Research.
El tratamiento farmacológico para un dolor omnipresente y todopoderoso relacionado
con la fibromialgia apenas provee un alivio modesto, y algunos pacientes se
automedican con marihuana, según comenta un blog especializado en el tema. Hay gente que incluso combina morfina y cannabis para poder sobrellevar el dolor que ultraja
cada intersticio de su anatomía. Esto sin contabilizar los antidepresivos,
ansiolíticos, relajantes musculares y
pastillas para dormir...un arsenal farmacológico De no hacerlo terminarían suicidándose como
Sara Leal. Pero en México es un tema sencillamente vetado. Intentan que se
mitigue con yoga y pensamiento
positivo. Tratamiento
multidisciplinario le llaman para impactar a las audiencias pasivas, incapaces
de detectar un fraude científico.
Los enfermos no podemos lidiar con un escuadrón de la muerte personalizado, enquistado en las entrañas y que somos
abandonados a nuestra suerte. Human Rights Watch equipara vivir con dolor
crónico a padecer tortura. Lo cual nos habla de un complejo problema inscrito
en el contexto de los Derechos Humanos. Para replegarlo esencialmente
precisamos investigación biomédica progresista y voluntad política.
Según encuestas nacionales 70% están en favor de regular el uso de la mariguana con fines medicinales,
como ocurre en otros países y sólo 52% apoya la instalación de dispensarios.
¿Sumaremos otro estigma más a
nuestra cuenta?
FIBROMIALGIA, DROGAS Y COSAS PEORES. 2a. Parte
Es un
hecho incontrovertible que buscando apaciguar un dolor que puede rayar en la
locura literalmente –y traspasarla- los enfermos de fibromialgia, se buscan
desesperadamente opciones. Las posibles e imposibles; Las legales e ilegales.
Son seres defendiendo la Vida. Aferrándose a ella. Aunque para el mundo son
“personas normales” sin rastro, ni huella de enfermedad alguna, en su interior
luchan una pugna interna y mortal contra un enemigo feroz e invisible: el dolor
de la fibromialgia.
Sara
Sofía vive en México. Tiene 39 años y un posgrado en Políticas Culturales es su
carta de presentación. Ella me cuenta: “a los 22 años comencé con las primeras
crisis, sin saber siquiera la causa o nombre del padecimiento. Pudo haber sido
una confusión de mi parte por los niveles de estrés que se manejan
habitualmente en el DF, una ciudad perse conflictiva. Sin embargo, los niveles
de dolor y malestar me llevaron a la inmovilización y descontrol. Recuerdo que
en más de tres ocasiones hice fila en urgencias de hospitales públicos. En cada
atención médica el diagnóstico era diferente: estrés, nervios, depresión,
preocupación, hasta hipocondría.
Las
recetas eran canjeadas por relajantes, hasta Diazepan. Por supuesto que siempre
he confiado en la ciencia por mi formación y pensamiento humanista, pero los
efectos secundarios o el famoso “rebote”, me causaba depresión, somnolencia,
pesadez, anulación de apetito y conflictos digestivos.
Cabe
señalar que no soy una persona con disciplina deportiva, pero mi actividad es
activa. No soy adicta ni a la más mínima aspirina y las gripas suelen pasar con
reposo. Por lo que el efecto de estos medicamentos me eran insoportables.
No fue
sino hasta casi 10 años después, que una especialista en medicina herbolaria me
acercó la opción de consumir mariguana en dosis pequeñas. Sin prejuicios tomé
la decisión en momentos de crisis fumando menos de lo que sería un cigarro y
los resultados me ayudaron en gran medida a sobrellevar los periodos de crisis
que podrían durar hasta tres meses.
Mi
afectación puede presentarse en cambios de temperatura, altos niveles de estrés
o carencia de ciertos alimentos, pero actualmente no espero estar en crisis
para consumirla como remedio, sino al primer síntoma se vuelve mi preventivo.
No tengo adicción y no lo considero como alternativa; para mí, es mi medicina.
Mi medio para prevenir y sobrellevar mi enfermedad.
Los
médicos jamás me hablaron de esta posibilidad, no cabía. Pero actualmente ante
estos temas discutidos con especialistas en foros académicos, han aceptado la
posibilidad de ser parte de una valiosa información: El dolor es de quien lo
padece, nadie sabe más allá de ello. Las palabras se agradecen, confortan, pero
las palabras con información son oro”. Concluye, sintiéndose protegida por un
tratamiento efectivo subrepticio a contracorriente del mainstream médico
mexicano.
Valentina
radica en Medellín Colombia. Tiene 28 años y es enfermera de profesión. Ella
conoce perfectamente la fecha en la que comenzó formalmente la fibromialgia: 17
de enero de 2010. Pero la fibromialgia no es la única enfermedad contra la que
lucha. Notaron que ‘había una alteración significativa en la cuenta blanca de
mi sangre’, entonces me mandaron al internista, el internista dijo que el dolor
era menos importante que las alteraciones de la cuenta blanca, me mando a
hematólogo. La hematóloga me hizo biopsia de médula ósea buscando una leucemia
para explicar todo el cuadro clínico. Resultó “neutropenia autoinmune”.
Hay días
que los 300 mg de tramadol más otras medicaciones ya no le hacen efecto
entonces hay que ir “pa urgencias”. Es normal la hospitalización en esos casos.
Ha estado ingresada hasta 3 días con 3 mg de morfina cada 4 horas. En 2011 tuvo
alrededor de 8 infusiones y “esas dosis altísimas de medicamentos…Parecía un
zombie, perdida completamente del mundo, actuaba por inercia y de hecho es poco
lo que recuerdo de ese tiempo. A mí lo que me hace estar en crisis más que la
intensidad es que sea continuo”. El dolor le impide movimientos simples y
sencillos: “peinarme, ponerme la camisa…Ahí fue cuando la anelgesióloga
-anestesiólogos especialistas en dolor crónico- empezó con las infusiones de
ketamina. Se llama paquete de infusión de anestésico-local intravenoso por 24
hrs o más, infusión continua de ketamina, manejo de opioides intravenosos por
bomba y control post infusión. En la infusión te ponen, ketamina, lidocaína y
sulfato de magnesio y te sedan con midazolam porque la ketamina produce
alucinaciones.”Su tratamiento alternativo incluye acupuntura, cremas de
marihuana y coca para el dolor localizado, bolsas de agua caliente, té a base
de marihuana y otras hierbas como manzanilla o té energizante a base de coca
(yo el energizante no lo uso porque mi insomnio es “muuuuuy” fuerte), pero el
de marihuana sí”, confiesa. Su costo ronda los 2000 usd mensuales yes absorbido
en su totalidad por el sistema sanitario colombiano.
Me cuenta
que en la sesión de ayer de 6 horas de duración había 4 enfermos más de
fibromialgia que sí lograron sedarlos. “A mí me pusieron 10 mg de midazolam y
pase las 6 horas despierta, una señora deliraba, los otros si lograron ser
sedados”. Esboza tranquilidad cuando me cuenta cómo está conformada la Clínica
del Dolor colombiana “Con sus bombas de infusión, carro de paro, una enfermera
por paciente, la enfermera jefe y el médico encargado del servicio”. Sabe que
no está sola en esas pavorosas crisis.
Concluyendo
el dolor que viene aparejado con la fibromialgia no es un dolor leve, ni es una
“autocreación”, y en infinidad de casos es intratable. Puede orillar al suicidio
por su intensidad, duración y porque es refractario a tratamientos
convencionales “simples”. ¿Por qué no se habla del tema en este país? Incluso
países latinoamericanos cómo Colombia tienen estrategias de abordaje que en
México simplemente brillan por su ausencia. Es una vergüenza y un escándalo.
Según la encuesta que aplicamos el año pasado entre enfermos, 74% refiere un
dolor promedio de 8 a 10 puntos (en una escala de 1-10). Estamos ante un
gravísimo problema de salud pública, pero también de derechos humanos. Resulta
inhumano que a millones de enfermos (al menos 5% de la población) se nos tenga
en el patio trasero de este país aullando de dolor.
Comentarios: porelderechoaexistir@hotmail.com
Facebook. Por el Derecho a Existir
Publicado en el Periódico el Regional del Sur
7 Marzo, 2014
http://www.elregional.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=52072:por-el-derecho-a-existir&catid=37&Itemid=37
sábado, 8 de marzo de 2014
LA INSOPORTABLE GRAVEDAD DE SER MUJER (enferma de fibrmialgia y encefalomielitis miálgica (síndrome de fatiga crónica)
En este Día Internacional de la Mujer, las mujeres, víctimas de la
epidemia dolorosa del siglo 21 (fibromialgia y encefalomielitis
miálgica-síndrome de fatiga crónica) no tenemos nada que celebrar.
Estamos y vivimos de luto, todos los días, a todas horas. Somos
vejadas, denostadas, fustigadas, discriminadas y martirizadas
sistemáticamente. En cada circunstancia, en todos los ámbitos, con todas las
personas. En lo público y lo privado. La retórica triunfalista oficial y de
las feministas no alcanza a permear en nuestras siniestradas existencias. Los
hitos alcanzados son una burla ofensiva para nosotras. Nos salen debiendo una
dignidad elemental. Los derechos humanos más esenciales nos son
vulnerados invariablemente por familia, médicos, instituciones y Estado. Una
equidad que ni en sueños alcanzamos a delinear. Lo único que vemos día a día
es incrementarse la “Violencia Feminicida” en todas sus manifestaciones; la
estigmatización a causa de una bestial ignorancia y una desigualdad
generalizada que crece exponencialmente. Esto, sin contar el aumento en la
gravedad de los síntomas, las enfermedades añadidas que se inscriben a
nuestra fragmentada corporeidad, la discapacidad que cercena un cuerpo y lo
deja inhabilitado para la sobrevivencia y a la deriva, en un cuasi matadero.
Qué le pregunten a cada enferma el terror que está viviendo entre
cuatro paredes por su causa. Día a día me llegan testimonios escabrosos que
me hacen cuestionar a la Humanidad.
Paulina Díaz Sierra reside en Guadalajara. Tiene 39 años. Es esposa y
madre de 2 niños. En la adolescencia comenzaron a manifestarse síntomas y
enfermedades cómo endometriosis y un soplo en el corazón. “Comienzo a
trabajar después del nacimiento de mi segundo hijo, ganaba bien y todo se
comenzaba a acomodar, hasta que un día comencé a ver que por las tardes mi
cuerpo ya no me respondía como siempre, tenía tan solo 33 años ahí comenzó mi
calvario… o mejor dicho la peor pesadilla de la que todavía espero algún día
poder despertar, sus nombres Fibromialgia y Síndrome de fatiga crónica; las
cuales si me preguntan con cuál otra enfermedad podría comparar sería con
ninguna, pues es una mezcla de muchas enfermedades entre ellas lupus,
esclerosis múltiple, artritis, cáncer, VIH y Alzheimer, por mencionar
algunas, pues la lista es larga…
Comencé con dolor, entumecimiento, hormigueo y sensación de tener
fuego en brazos y piernas, lo cual es un martirio porque no logras quitarlo
con nada, esto era diario casi a la misma hora por la tarde; los síntomas
siguieron aumentando como nauseas, vómitos, diarreas, vista nublada o doble,
aumento de la presión sanguínea, fatiga anormal, caída de cabello, comezón en
el cuerpo, gripas constantes, alergias, vértigos, boca seca, falta de
concentración, dificultad para tragar, angioqueratomas, fiebre, zumbido de
oídos, dolor de cabeza, dolor de espalda, dolor generalizado, costocondritis,
rosácea, etc. Y la lista sigue aumentando con los años y cabe mencionar que
hay días en los que me dan crisis y en estas me da todo junto y puede durar
desde horas hasta semanas”.
La salud de millones de mujeres víctimas de estos flagelos siguen
permaneciendo invisibles para la Medicina y para la sociedad en su conjunto.
El malestar de la mujer, fruto de las condiciones de vida y trabajo, se ha
querido atribuir a factores “psiquiátricos”, sin considerar los efectos que
el estrés físico y mental causan en el cuerpo humano y la presencia de químicos en el medio ambiente. Nos quieren volver
locas. ¿Será que locas las mujeres somos menos amenazantes para las
sociedades machistas y patriarcales? Se cuestiona Alejandra Buggs. Vivimos la
patologización del cuerpo al estar siendo tratadas como locas, depresivas,
holgazanas y mantenidas, porque no contamos con un sistema médico progresista
capaz de explicar lo que estamos viviendo orgánicamente y avalar el
viacrucis. Es una salida fácil para deslindarse de su ineptitud y lo caduco
de sus “habilidades”. Administran la farmacolización que no es otra cosa que
una forma de control sobre las mujeres porque así no se quejan. Porque así no
exigen sus derechos. Porque así no exigen investigación biomédica cómo en
primer mundo. Porque así, calladitas nos vemos más bonitas…
Se han pasado por el arco de triunfo la evidencia científica que pone
de manifiesto (según un comunicado de la facultad de Medicina de la UNAM) que
estas enfermedades están marcando el fin del paradigma actual de la medicina:
linear y reduccionista. Qué sólo pueden ser explicadas por las Ciencias de la
Complejidad. Ese es nuestro pecado. Contravenir los cánones
médico-científicos que han ninguneado las condiciones propias de ser mujer
porque son un atentado contra sus propios intereses androcentristas.
Si la UNAM está emitiendo este comunicado le pregunto al Doctor Narro
–su Rector- ¿Qué está haciendo la máxima casa de estudios para subsanar el
daño que nos causa la ausencia de especialistas y clínicas de enfermedades
complejas?
Y la pregunta no es sólo para el Doctor Narro, es para cada rector de
cada facultad de medicina, para las asociaciones médicas y para los diputados
y senadores integrantes de comisiones de salud, equidad y grupos vulnerables.
Y naturalmente para la Doctora Mercedes Juan y para INMUJERES. Las mujeres
somos viles objetos de mercado para laindustria farmaceútica y sus derivados.
Leía que si estas enfermedades fueran preponderantemente de hombres como el
VIH, habría investigación, políticas sociales, reconocimiento… Nuestro crimen
no es otro que ser mujer y estar enfermas. Poner en jaque al statu quo médico-científico
.
Las enfermas no sólo lidiamos contra la fibromialgia y
encefalomielitis miálgica (síndrome de fatiga crónica) sino contra el
SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA por causas biológicas-fisiológicas y
socio-culturales.Somos víctimas de nuestra propia salud. Una salud
precarizada al extremo.
Exigimos se nos garanticen el derecho a la vida, dignidad e integridad
física y psicológica. Estamos hasta la Madre de un estado de jodidez
multidimensional, agravada por la ignorancia más oprobiosa.
|
Testimonios complementarios no incluídos en la columna publicada en El Regional del Sur 8 marzo, 2013.
Paulina Díaz Sierra
"¿Cómo empezar? Mil cosas vienen a mi cabeza pero no quiero olvidar poner
algo que sea relevante, así que comienzo con mis primeros recuerdos.
Recuerdo cuando era niña que en las noches me dolían mucho mis piernas,
mi papá, en paz descanse, iba hasta mi cama y me las sobaba hasta que me
quedaba dormida, salvo eso mi niñez la recuerdo con cariño. Más grande en el
colegio, mis amigas se quejan de que siempre estoy enferma de algo, es la
primera vez que escucho el término “hipocondriaca”. La clase de
deportes es un sufrimiento para mí, así que mi mamá envía justificantes para no
participar en ella, hasta que un día en la preparatoria el Cardiólogo es mi
salvación, un soplo en el corazón no me permite hacer deportes, pero sigo
siendo la “que diario está enferma de todo”. Llega la universidad y
surge la endometriosis grado IV haciendo estallar un ovario dentro de mi
cuerpo, mi salud está en riesgo pero paso la prueba; pasa el tiempo
y yo sigo enfermando, en mi casa hay burlas de que las cosas más raras
del mundo me dan a mí.
Pasa el tiempo y a los 22 años me caso con un hombre maravilloso,
creyendo que nunca sería madre por la endometriosis, entonces me dedico a
trabajar para mantener mi mente ocupada, pero siempre me costó levantarme
temprano, sentía una roca que me aplastaba y tenía que luchar con ella
para levantarme y trabajar; pasan los años y sigo trabajando, tiempo
después un milagro sucede, quedo embarazada y nace mi primer hija, me dedico a
ella de tiempo completo y a los tres años el segundo milagro, mi otro
hijo, al que no le pude dedicar más que tres meses, pues tuve
que apoyar económicamente a mi esposo ya que no sabíamos que un nuevo bebé
llegaría a nuestras vidas, con el corazón roto comienzo a trabajar de nuevo.
Todo esto aunado a la incomprensión y desconocimiento de la enfermedad
de familiares, amigos y médicos; quienes para llegar a la conclusión de que es
fibromialgia me tuvieron por un laberinto agobiante en dónde durante cinco años
me hicieron innumerables análisis y diagnósticos erróneos. Hasta que por fin
tuve contacto con la fundación “Por el derecho a existir” en dónde me
la diagnosticaron, pero mi familia no quedó a gusto con el diagnóstico, así que
volvimos a gastar dinero en análisis, ya con un reumatólogo que al final dijo
que si era fibromialgia. Mi familia sabe que la tengo pero les cuesta trabajo
entender lo que es, leer sobre ella y no la aceptan. No aceptan que esté
enferma y quieren verme bien, ¿Qué no se han dado cuenta que yo también quiero
estar bien y tener mi vida de regreso? Mi vida se ha reducido a mi
casa, mi cuarto y mi cama; esporádicamente salgo a algún desayuno, comida o
cena o al cine, eso si mi cuerpo, mi fatiga y mis dolores me lo
permiten pero si lo hacen no olvidan enviarme la factura al regreso
con más dolor y más fatiga.
Si la familia que me ve seguido no lo entiende y no lo acepta, los
amigos menos, pero eso si todos tienen diferentes remedios que le sirvieron a
la amiga o a la prima de una amiga, yo lo he intentado TODO nada me ha
funcionado.
En mi familia, mis hijos que han convivido más conmigo y con la
enfermedad, son los que más la entienden, mi esposo me apoya hasta donde su
impotencia por no poderme ayudar a mejorar se lo permite, pues es deprimente
para todos, saber que la fibromialgia no me permite ser la misma que
era antes, que me ha robado mi vida. Soy Licenciada en Mercadotecnia, he
leído varios libros de escritores famosos y no tan famosos como son: Gabriel
García Márquez, Umberto Eco, Franz Kafka, Goethe, Balzac, Shakespeare, Molière,
Dante, Víctor Hugo, Isabel Allende, Mario Benedetti, Stephen King, Louise L.
Hay, Enric Corbera, entre otros y después de haber leído tanto y conocer tantas
palabras, quisiera que mi testimonio fuera más impactante, pero con la fibromialgia
me he quedado corta de palabras, así como de memoria, de fuerzas y de vida;
ahora ya casi no leo, me cuesta trabajo, leo un párrafo y tengo que volver a
leerlo varias veces para entenderlo, cosa que me deprime y por el momento lo he
dejado, apenas tengo 38 años y espero algún día despertar de
esta pesadilla que está robando poco a poco mi vida, devastándola como un
tsunami. No sé como acabará todo esto pues los doctores dicen que no es
progresiva, pero yo veo atrás hace 6 años y yo trabajaba y llevaba casa y veo
mi vida ahora y de la cama no salgo, soy un mueble más en la casa que ayudo en
lo que puedo y a los que puedo cuando puedo, pero que a veces soy pisoteado por
los demás exigiéndome cosas que ya no puede hacer. No le deseo a nadie esto y
lo único que quiero es mi vida de regreso, no pido correr maratones ni nada
espectacular, lo mínimo que pido es la vida normal de una mujer de 38 años con
dos hijos. Actualmente vivo al día pues no quiero pensar cuanto más voy a vivir
así y cuanto más voy a empeorar. Un día a la vez....".
Mensaje escrito es un grupo de fibromialgia por Marikarmen Vásquez
"Pésimo día no me bajan de huevona
y mantenida en mi casa, aún cuando yo pagó todo lo que uso. No tengo un trabajo
de oficina pero vendo todo lo q puedo y hago el aseo que me toca. Mi hermano
dice que lo que tengo se cura con ejercicio porque yo sólo busco estar
acostada. Y que soy una cabrona que sólo le está costando a mi mama porque aún
vivo en su casa y ya tengo 27 años. Yo vivía aparte pero no me alcanza para mi
escuela y de mi hija, sii pagó una renta . Así que tuve que regresar a mi
martirio. A pedirle techo a mi mama. Como se mantienen económicamente? Ya estoy
cansada de perder un trabajo en cada crisis de FM y vender cosas no me da
suficiente porqe tampoco tengo para surtir mucho con todo lo q tengo fiado.
Sólo me compran en pagos .
Mi hermano siempre me golpeo todo lo que pudo.
Me despertaba a patadas contra la pared, metía mi cabeza entre la cama y la
pared y la agarraba a patadas, siempre buscando un modo innovador para fregarme.
Y hoy dice q para el ya estoy muerta, no entiendo porque entonces no me deja en paz
si estoy muerta. Me tiene cansada "

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