DE FIBROMIALGIA, DROGAS Y
COSAS PEORES (Primera Parte)
En mis más de 10 años como
enferma formal de fibromialgia he tenido
3 crisis de dolor indecible, literalmente fueron un martirio en la carne y un calvario en los nervios. Me habría suicidado. Los
dolores de parto eran cosa de niños. Tengo muchos amigos enfermos que lo sufren
de manera habitual. Viven la
normalización de un infierno que, para quienes no lo padecen es imposible de
concebir. A diferencia de México donde
se insiste hasta el hartazgo que la fibromialgia es una enfermedad controlable,
en EEUU se habla de la medicación con opiáceos, mariguana y cannabinoides para aquellos cuyo
dolor es sencillamente incontenible y sin otra opción viable. En páginas y blogs relacionados a
fibromialgia en el país vecino se habla
abiertamente del tema. Se dan consejos, la comunidad de enfermos comparte
abiertamente sus experiencias en su uso y efectividad. A fin de cuentas 32 por ciento de la población allí puede ir a un dispensario
para recibir mariguana por razones médicas, por ejemplo.
Ahora
que está la polémica por el uso medicinal de la mariguana es que decido abordar
el tema.
A diferencia de México donde los enfermos lidiamos con el estereotipo de un enfermo mental, flojo
o hipocondríaco, en EEUU lidian con el de un adicto a los medicamentos opiáceos-narcóticos:
vocodin (acetaminofeno hidrocodona), Percecorcet (acetaminofeno-
oxicodona) y OxyContin (oxicodona) ¿Será que en cuanto
a dolor se refiere habitamos en el País de las
Maravillas? Acaso ¿el dolor mexicano es
menos sofocante e invasivo? No lo creo. El dolor es el mismo, lo que cambia es el
enfoque que se le otorga en cada país. Y
en el nuestro se ha optado por un status
tercermundista. Se ha ninguneado a un grado francamente
peligroso, tanto que Sara Leal una enferma de fibromialgia decidió acabar con
su vida lanzándose al Rio Fortín con todo y auto, dejando a dos hijas menores
de edad, huérfanas. Victima de la
incompetencia médica para tratarlo y por restarle veracidad a una sufriente estigmatizada como loca y exagerada, para expiar su culpa y responsabilidad
directa, los facultativos se lavaron
las manos -convertidos en unos Pilatos- y achacaron su decisión a la depresión aguda que la aquejaba.
Estigmatizada en la Vida y Estigmatizada
en la Muerte. No nos engañemos, la muerte de Sara es directamente proporcional
al fracaso estrepitoso de un modelo
sanitario-asistencial ya caduco, incompatible con los retos del siglo 21 que
enfrenta. Enfermos y enfermedades hemos rebasado un paradigma médico obsoleto
que no se ha desarrollado a la par del progreso de nuestra civilización. Que
simplemente está rezagado y que en
defensa propia y para autopreservarse
opta por la salida más fácil: nos psiquiatriza. Los enfermos de fibromialgia somos la
evidencia de su dolosa ineptitud. La piedrita en el zapato que los podría hacer
descarrilarse. Los que atentamos contra
sus intereses para seguir haciendo negocio. Porque en resumidas cuentas eso representamos los enfermos para ellos, un
cheque en blanco. La renta a perpetuidad que engrosa sus cuentas bancarias ¿Un desafío científico? Ni soñando. Su crecido ego no se los
permitiría.
Conocí a una enferma que en
una crisis de dolor tuvo que ser internada. Era maniatada a la cama para evitar que
atentara contra su vida. Los médicos que la trataban (uno de ellos el Director)
no comprendían cómo medicamentos de
última generación para cáncer que noqueaban a cualquier paciente a ella no
le hacían nada. En una escala de 1 a 10 su dolor era de 15 según los reportes
oficiales. La medicina fue
absolutamente inútil para ella. Y es
que en México el fracaso recalcitrante en el abordaje de la fibromialgia raya en un surrealismo desgarrador. Se receta diclofenaco a un viacrucis de grado superlativo.
Me contaba la mamá de una
joven que en una crisis de dolor desquiciante, tuvo que ser ingresada a una
clínica privada y el experto sólo
atino a venderles su libro donde según él, estaba contenido el conjuro para su eliminación definitiva. Que lo leyeran y
después ella como por arte de magia, no se quejaría más. Mostró una insensibilidad homicida ante un
suplicio que pudo constituir una
tragedia como en el caso de Sara. .¿Dónde
quedó el juramento hipocrático ? Hoy se jura a cambio de algunas monedas.
Alrededor de un 10% de pacientes con
fibromialgia en Estados Unidos toman marihuana para aliviar síntomas como el
dolor, la fatiga y el insomnio, según un estudio publicado en la revista Arthritis
Care & Research.
El tratamiento farmacológico para un dolor omnipresente y todopoderoso relacionado
con la fibromialgia apenas provee un alivio modesto, y algunos pacientes se
automedican con marihuana, según comenta un blog especializado en el tema. Hay gente que incluso combina morfina y cannabis para poder sobrellevar el dolor que ultraja
cada intersticio de su anatomía. Esto sin contabilizar los antidepresivos,
ansiolíticos, relajantes musculares y
pastillas para dormir...un arsenal farmacológico De no hacerlo terminarían suicidándose como
Sara Leal. Pero en México es un tema sencillamente vetado. Intentan que se
mitigue con yoga y pensamiento
positivo. Tratamiento
multidisciplinario le llaman para impactar a las audiencias pasivas, incapaces
de detectar un fraude científico.
Los enfermos no podemos lidiar con un escuadrón de la muerte personalizado, enquistado en las entrañas y que somos
abandonados a nuestra suerte. Human Rights Watch equipara vivir con dolor
crónico a padecer tortura. Lo cual nos habla de un complejo problema inscrito
en el contexto de los Derechos Humanos. Para replegarlo esencialmente
precisamos investigación biomédica progresista y voluntad política.
Según encuestas nacionales 70% están en favor de regular el uso de la mariguana con fines medicinales,
como ocurre en otros países y sólo 52% apoya la instalación de dispensarios.
¿Sumaremos otro estigma más a
nuestra cuenta?
CRUDO PERO MUY CIERTO!!!! Excelente relato que compartire en la pagina que modero en Facebook: https://www.facebook.com/fibromialgiablogpr
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